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El azafrán (Crocus sativus) que la biblia denomina jarkóm, solía emplearse como afrodisiaco y al mismo tiempo como sedante; la canela (Cinnamomun zeylanicum) en los dulces, postres y también en la bebida, para mantener elásticos los miembros ya que kanéh significa caña, la cual es flexible y elegante. El cardamomo (Elettaria cardamomum) que vive en los umbrosos bosques de la montaña y crece con soltura en Malabar y Ceilán, adobaba el vino y disminuía la flatulencia. El incienso, la mirra y el aloe se usaba en ceremonias sagrada y se derramaba en las bodas y en las celebraciones amorosas para conferirles santidad, belleza ultraterrena.