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Podemos curarnos a través del alimento puro que la tierra nos ofrece o embrutecernos con sucedáneos de la muerte, como productos inertes sin raices ni cielo, carentes de luz y nutrición. Somos libres de escoger
La inercia sólo nos responderá con indiferencia y sufrimiento.
La inercia sólo nos responderá con indiferencia y sufrimiento.
Existe una bondad interna de los alimentos y no siempre será algo evidente en su apariencia. No somos máquinas estupisdas sino seres vivos. El aceite es lo más semejante a la grasa del cuerpo humano vivo. Por tanto es vida.
Hermoso olivo, eterno amante de almas amadas!
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